Una de las voces, figuras y escrituras cardinales para mí es la de la poeta rusa Marina Tsvetáieva. De ella ha dicho Selma Ancira, traductora al español de su obra: «Suele ocurrir con la gente que siente pasión por Tsvetáieva. Yo he intentado ponerme a salvo de ese problema, o de ese fenómeno. La admiro, como no he admirado a nadie. Lo que ella ha logrado con el lenguaje en ruso, creo que no lo ha logrado ningún otro escritor. Ya no estoy hablando de sentidos, estoy hablando de música. La manera que ella tiene de tratar el lenguaje, de pulverizar las palabras, de hacer que suenen de una manera distinta, de darle un ritmo a cada una de sus prosas y de sus versos, es un fenómeno único en la literatura rusa.»
En la segunda parte de La mujer cíclica hay un poema que lleva su nombre, y Laura Giordani lo ha recuperado para publicarlo en su blog. Gracias, Laura.
Hacer click en la foto de Marina para ir al blog de Laura Giordani